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Comunidad de Responsables MARIA AUXILIADORA

Escuela de Evangelización Juan Pablo II

ANUNCIO de la BUENA NUEVA

ANUNCIO de la BUENA NUEVA

COMUNIDAD CATÓLICA “BODAS DE CANÁ”

DIÓCESIS DE LIMA

ESCUELA DE EVANGELIZACIÓN JUAN PABLO II

 

Curso: Predicación

Ofelia (calverolefi@hotmail.com)

 

EL ESTUDIO Y EL ANUNCIO DE LA BUENA NUEVA

El estudio tiene una finalidad esencialmente apostólica. Está en función de la predicación. No pretende formar simples maestros, sino predicadoras predicadores. Un estudio sin finalidad apostólica perdería su carácter dominicano y eclesial.

El estudio no tiene como fin principal hacer de nosotros especialistas en filosofía y en teología. Tiende a manifestar el sentido de las cosas y del mundo, del hombre y de las situaciones humanas, del plan de Dios en la historia. Esta manifestación de sentido es para nosotros una tarea eclesial.

El estudio nos forma para responder a nuestra vocación particular en el seno de la Iglesia, de ejercer la dimensión profética. Por eso elegimos vivir juntos en comunidad la aventura intelectual del estudio sin fin, la confrontación de la palabra de Dios, la exigencia de la verdad, la disciplina de un cuestionamiento a plantear y a percibir, y la pasión de comprender.

El estudio es el camino hacia la santidad que abre nuestros corazones y nuestras mentes a los demás, que crea comunidad y forma a los que proclaman llenos de confianza la venida del Reino.

 

2.- La anunciación

El estudio es en sí mismo un acto de esperanza, puesto que expresa nuestra confianza en que nuestra vida y los sufrimientos de la gente tienen un significado. Y este significado es como un don, como una Palabra de Esperanza que promete vida.

 

En primer lugar: hay un momento de atención. María escucha la buena nueva que se le anuncia. Y este es el comienzo de nuestro estudio la atención a la Palabra de esperanza proclamada en la escritura.

En segundo lugar: es un momento de fertilidad, ahí está atenta esperando y escuchando. Y el fruto de su atención es que lleva en sus entrañas a un niño, el verbo hecha carne. Su escucha impele toda su creatividad, toda su fertilidad femenina. De igual modo nuestro estudio, la atención a la palabra de Dios, debería hacer brotar la fuente de nuestra fertilidad, debería llevarnos a hacer nacer a Cristo en nuestro mundo. En un mundo que parece con frecuencia como fracasado y estéril, nosotros hacemos nacer a Cristo en un milagro de creatividad. Donde quiera que se escuche la palabra de Dios, ésta no habla sólo de esperanza sino de una esperanza que se hace carne y sangre en nuestras vidas y palabras. ¿Son nuestros estudios momentos de real creatividad, de encarnación? ¡Las casas de estudio deberías ser como salas de parto!

En tercer lugar: en un momento en el que el pueblo de Dios parece estar abandonado y sin esperanza, Dios da a su pueblo un futuro, un camino hacia el Reino. La anunciación transforma la manera de entender la historia del pueblo de Dios. ¿Preparan nuestros estudios el camino para la venida de Cristo?.

 

3.- Aprender a escuchar

María escuchaba las palabras del Ángel, la buena nueva de nuestra salvación. Este es el comienzo de todo estudio. Estudiar no “el desarrollo de la facultad de atención constituye el verdadero objeto y casi el único interés del estudios” esta receptividad esta apertura del oído que es la característica de todo estudio está íntimamente unida en el fondo a la oración. Ambas piden que estemos en silencio esperando que la Palabra de Dios venga a nosotros.

 

María escucho la promesa del ángel, y llevó en su seno la Palabra de Vida.

Esto parece muy sencillo. ¿Qué más necesitamos sino abrirnos a la Palabra de Dios dicha en la escritura? ¿Por qué tenemos que estudiar y hacer talleres cuando tenemos la Palabra de Dios? No es fácil dar razón de nuestra esperanza. Dios es amor y el amor triunfó sobre la muerte. Pero no fue tan sencillo para maría “ella se conturbó por estas palabras y discurría qué significaría aquel saludo” comenzamos a escuchar cuando nos atrevemos a estar perplejo, conturbados. ¡Cómo será esto, puesto que no conozco varón?

 

4.- La confianza en el estudio

El estudio debería ser ante todo un placer, la pura delicia de descubrir que las cosas tiene sentid, a pesar de todas las evidencias encontradas, tanto en nuestra vida, en la historia humana como en el versículo concreto de la Escritura. Nuestros centros de estudios deben ser escuelas de alegría porque se basan en la creencia de que es posible llegar a cierto entendimiento de nuestro mundo y de nuestra vida. La historia humana no es el conflicto sin sentido e interminable; la creación en que vivimos y de la que formamos parte no es el resultado de un ocaso sino obra de Cristo: todo fue creado por él y para é, el existe con anterioridad a todo tiene en él si consistencia” (Col 1,16) la sabiduría danza ante el trono de Dios cuando está creando el mundo y la finalidad de todo estudio está en compartir este placer. “la inteligencia sólo puede ser guiada por el desee. Pero para que haya deseo tiene que haber placer y gozo en el trabajo. El gozo de aprender es tan dispensable para el estudio como la respiración para correr”.

 

¡Por qué es tan arduo el estudio para muchos de mostros? En parte porque estamos marcados por una cultura que perdió su confianza en el estudio como actividad útil dudando que la discusión pueda llevarnos hasta la verdad por la que suspiramos. y esa falta de confianza puede asumir dos formas: un relativismo que desespera de poder llegar nunca a la verdad y el fundamentalismo que afirma que la posee ya completamente. Nuestros centros de estudio son escuelas de esperanza.

Cuando nos reunimos para estudiar nuestra comunidad es una “santa predicación” que ha perdido su confianza en el valor de la razón, dan testimonio de que es posible buscar en común la verdad. Deberíamos aprender a confiar los unos en los otros como comunidad en el diálogo y compañeros en la aventura.

La finalidad última de la disciplina intelectual de nuestro estudio consiste en llevarnos a ese momento de conversión, a la destrucción de nuestras falsas imágenes de Dios para poder acercarnos al misterio.

En cuanto a nosotros, escuchar la Palabra nos pedirá liberarnos de las falsas ideologías de nuestro tiempo ¿cuáles son nuestros falsos dioses?

Seguramente que uno de ellos es la idolatría, el culto del mercado y el ansia de poder. Todo nuestro mundo está seducido por una mitología todo se puede comprarse y venderse…nuestros centros de estudios deberían ser lugares donde nos liberamos de esta visón reductiva del mundo y donde aprendemos de nuevo a maravillarnos agradecidos por los bienes gratuitos de Dios.

 

5.-El estudio y la construcción de la comunidad.

El estudio no sólo debe abrir nuestro corazón al otro sino introducirnos en una comunidad. Estudiar es entrar en una conversación con nuestros propios hermanos y con otros seres humanos en nuestra búsqueda de la verdad que nos hará libres. Tenemos la responsabilidad de decir palabras constructoras de comunidad que eduquen a los demás que curen las heridas y den vida. Nuestro estudio nos prepara para proclamar la palabra liberadora.

Nuestras palabras de esperanza solamente tendrán autoridad si están enraizadas en un estudio serio de la Palabra de Dios y en nuestro análisis de nuestra sociedad contemporánea

LA PALABRA QUE ANUNCIAMOS

LA PALABRA QUE ANUNCIAMOS

COMUNIDAD CATÓLICA “BODAS DE CANÁ”

DIÓCESIS DE LIMA

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ESCUELA DE EVANGEIZACIÓN JUAN PABLO II

 

Curso: Predicación

 

LA PALABRA QUE ANUNCIAMOS SE ESCUCHA EN EL SILENCIO SE ACOGE EN LA ORACIÓN

 

1.-CONTEMPLAR Y PROCLAMAR

Contemplari et contemplata aliis trádere, "Es más perfecto comunicar a los otros lo que se ha contemplado que únicamente contemplar. Resulta evidente, cuando las cosas se ven detenidamente, que la célebre fórmula de Tomás no es sino una condensación, quizás inconsciente, de los versículos que abren la primera carta de Juan: "Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida -pues la vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, que estaba con el Padre y que se nos manifestó-, lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn 1,1-3).

 

2.-CONTEMPLACIÓN Y EVANGELIZACIÓN:

En estas dos palabras se puede sintetizar el carisma de los predicadores.

La contemplación se ejerce en una doble dirección:

  • El estudio de la verdad:

Dios es la luz y fuente del estudio, el predicador debe estar atento a la tradición viva de la Iglesia, dialoga con los sabios y vive abierto a todos los problemas contemporáneos.

  • La liturgia y la oración personal:

La contemplación de las cosas divinas se realiza primordialmente en las celebraciones litúrgicas y en la lectura divina, pero también en la oración personal.

 

Ambas formas de contemplación preparan al predicador a la misión fundamental, la predicación del Evangelio para la salvación de los hombres por el conocimiento de Jesucristo el Señor.

 

3.-LA ORACIÓN

La oración fundamentalmente es relación con el que nos habita. ¡Dios está dentro de tí!, ¡Dios nos habita!. Cuando una persona ora es que quiere empezar a vivir desde dentro. “Donde está tu tesoro -dice Jesús- está tu corazón.” El que nos habita es un Dios que es vida y fecundidad. La oración es también como una madre, con ella el mundo interior comienza a irradiarse. Poco a poco de ella podemos esperar un nuevo modo de ser y de vivir. ¿“Dónde te despojarás de tu amor propio?, ¿dónde te dispondrás a dar la vida por el honor de Dios y la salvación de las almas? En esta dulce

madre, la oración. (carta de Sta. Catalina de Siena a su sobrina Eugenia). En la oración el protagonismo es de Dios, nosotros acallamos para que Dios haga lo demás. El silencio, la oración es para disponerse a vivir de otra manera. Huimos de la oración porque creemos que no sirve, que “no pasa” nada o, al contrario, porque intuimos que la oración es una revolución ¡Es terrible caer en las manos del Dios vivo! La oración se convierte siempre en exigencia de actuación; no sólo reclama un comportamiento ético justo sino el “negarse a sí mismo” evangélico; es entrar en un camino de transformación, de maduración en el cual el fruto es la persona capaz de dar testimonio de lo divino en su vida cotidiana. Lo importante no es hacer sino ser y dar vida a los demás siendo. La oración es siempre, en este sentido, comunitaria, una comunión con los demás… Si la oración es unión con Dios, Dios no es otro que “el Padre de Nuestro Señor Jesucristo”, el que se entregó en favor de todos. La oración como Jesús es en favor de todos. En realidad uno no ora para ser el mejor sino para que Dios se manifieste mejor.

 

4.-ORACIÓN DE ENCARNACIÓN.

Santo Domingo fue un fraile de su tiempo; por lo tanto esencialmente contemplativo.

Los momentos de oración eran los momentos más propios de su vida de canónigo regular. Pero las circunstancias - a través de las cuales es necesario descubrir el plan de

Dios, y él lo descubrió,- le pusieron en contacto con una humanidad doliente y extraviada, en el sur de Francia. Esto dio forma nueva a su oración.

La espiritualidad de Domingo es una espiritualidad de encarnación: desde los hombres y para los hombres. Sus primeros biógrafos insisten en cómo continuamente hablaba de Dios. Pero también de cómo hablaba largamente con Dios. En este diálogo con Dios - la oración siempre es diálogo, y, por lo tanto, más escucha que charla -, quería saber qué sería de los pecadores. Los hombres y mujeres estaban en su oración.

A partir de ese momento, su contemplación se centró en descubrir a Dios, su proyecto de amor a los hombres, en esos hombres y mujeres con los que se encontró. Si el santo

de Asís sabe llegar a Dios a través de la creación, el sol, las estrellas, los animales, el de

Caleruega llega a través de la humanidad extraviada.

Pero muchos veían el sol, la luna, las estrellas, los lobos y no llegaban a Dios; muchos conocieron el mundo conflictivo del sur de Francia y no vieron a Dios. San Francisco sabía de Dios en momentos de silencio, de oración; santo Domingo sabía de Dios en momentos de oración individual o comunitaria, en Osma, en el estudio de su palabra.

Por eso ambos consiguieron luego descubrirlo fuera del convento, en contacto con la Naturaleza o con los hombres. La contemplación de Osma le hizo a Domingo descubrir la predicación del sur de Francia. Esta predicación, este contacto con esa humanidad, le hicieron humanizar su insistente oración.

 

5.- ORACIÓN DEL PREDICADOR.

A la oración, lleva los problemas de su predicación, las circunstancias en las que se

hallan las personas a las que se dirige, las dificultades que encuentra en su misión: dificultades durante el día, oración más intensa durante la noche. Oración en la que, junto a la experiencia de Dios, une la experiencia de la humanidad pecadora, extraviada, con la que se encuentra, que le lleva a las lágrimas.

Ora de noche y de día. En realidad, su predicación es oración y su oración predicación.

Es una vida con dos vertientes, pero que se juntan en la cima. En ese lugar de conjunción es donde se sitúa la espiritualidad de Domingo.

En el santo, es una oración cargada de afecto: oración "afectiva" como la llaman los teóricos de la mística. "Afectiva" porque en ella se junta el amor a Dios, el sentirse amado por él, con el amor a los hombres, por los que llora. Y su petición más continua que le diera Dios "verdadero amor para cuidar y trabajar eficazmente en la salvación de los hombres…" -como nos dice el Beato Jordán. Es el mismo afecto que le impulsa en su misión de predicador.

 

6.-QUÉ SIGNIFICA PUES CONTEMPLAR EN UNA HISTORIA TAN PRECARIA Y TAN NECESITADA DE VIDA?

La contemplación es una actitud profundamente ética es decir vivencial. Es un acercamiento afectuoso, diría Tomás de Aquino a la realidad. Es una actitud amante y de búsqueda de la vida en medio de contextos en que la vida es un tímido sueño o una exigencia sumamente amenazada. Es la actitud del quedarse humildemente presentes.

La contemplación es una actitud de fidelidad profunda a Dios a la vida y a la historia. A través de todo eso escuchamos y vemos. Contemplar nos purificaría de todas aquellas actitudes arrogantes o superficiales que tenemos muchas veces frente a la vida y a los acontecimientos. Contemplar es volvernos silenciosos.

Lo mismo podríamos decir del estudio, que una vez más, en la tradición de la orden no es una actitud esporádica sino un estilo de vida una actitud permanente. Estudiar es como una ascesis de fidelidad a la vida a las personas. Es algo que se relaciona muchísimo con una actitud de pobreza de sencillez. El estudio en la tradición no tiene que ver nada con la acumulación de títulos y menos todavía con la acumulación ligado a una profesión. El estudio en la tradición hace parte de esa fidelidad continua, expresada a través de una búsqueda, una vida mendicante. En el estudio se ensancha la mirada y la mentalidad; en el estudio se aprende a esperar con paciencia.

Todo eso lo podríamos recuperar también en otro aspecto de nuestro estilo de vida que llamamos predicación. La predicación es algo que se cultiva en el silencio porque no es expresión de habilidad verbal y lógica sino la posibilidad de volver hablar y no como a veces pensamos, posibilidad de quitar la palabra o palabras fáciles para engañar, silenciar inquietudes y deseos como si fuera un opio.

 

Sin el silencio, no hay predicación porque no hay contemplación.

No hay oración, reflexión, estudio.

ANUNCIAR LA PALABRA

ANUNCIAR LA PALABRA

COMUNIDAD CATÓLICA “BODAS DE CANÁ”

DIÓCESIS DE LIMA

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ESCUELA DE EVANGELIZACIÓN JUAN PABLO II

 

Curso: Predicación

 

I.- UNA PALABRA COMPASIVA

María magdalena anuncia a los discípulos: “He visto al Señor” no es sólo la afirmación de un hecho, sino el compartir de un descubrimiento. Compartió su pérdida, su angustia, su llanto ahora puede compartir con ellos su encuentro con el Señor Resucitado. Puede compartir la buena noticia con ellos porque es buena noticia para ella.

 

La palabra que nosotros predicamos es una palabra que comparte nuestra humanidad.

Predicar nos exigirá que nos encarnemos en mundos diferentes. Necesitamos entrar en el mundo, aprender su lenguaje, entender sus debilidades y esperanzas. Debemos en algún sentido, llegar a ser ellos. Después podremos ofrecer la palabra que es buena noticia para ellos y para nosotros. Esto no quiere decir que tenemos que estar de acuerdo con ellos. Con frecuencia hemos de desafiarlos; pero necesitamos pulsar su humanidad antes de poder hacerlo.

Necesitamos una formación en la compasión, una educación del corazón y de la mente que rompa todo lo que en nosotros es corazón de piedra, arrogancia y crítica. El predicador ideal es aquel que hace todo con todos los seres humanos (1 Cor. 9,22) perfectamente humano. La compasión formará nuestras vidas en caminos que nunca planeamos. Cuando Santo Domingo fue un estudiante en Palencia se dejó tocar por la compasión hacia los hambrientos y vendió sus libros. Se quedó en el sur de Francia y fundó la Orden, sólo porque se dejó conmover por la situación apremiante de la gente sumergida en una herejía destructiva.

La compasión posee un poder pedagógico nos enseña acercarnos a los demás; nos enseña a ser humildes para escuchar y discernir aceptar ser evangelizados; nos enseña a ser predicadores. Esta compasión, tan rica y palpable en Santo Domingo proviene únicamente de una profunda unión con Dios en Cristo. Oración contemplativa, compasión evangélica y predicación se convocan entre sí. Esta compasión es la que nos empuja a ser creadores de una cultura de la verdad a denunciar la presencia de las injusticias y a sembrar esperanzas

 

2.- EL PREDICADOR SUS CUALIDADES NATURALES

El predicador es ante todo, una persona a quién Dios llama a que colabore con él en la difusión e implantación de su reino en el mundo. Debe poseer las cualidades que hagan de él un instrumento apto o apta para realizar las tareas de la predicación.

La predicación tiene como fin la fe en su origen o en su profundización. Basándose en este fin general, el Doctor Angélico (Dominico) después de San Agustín, señala al predicador tres cometidos: instruir la inteligencia, mover el corazón y plegar la voluntad del que escucha. San Juan Crisóstomo exige que sepa defender su rebaño de los ataques exteriores. El predicador, ha de ser al mismo tiempo “aquero y tirador de honda, general y capitán, soldado y comandante y defensor de fortaleza”.

 

3.- LA LLAMADA DE DIOS.

Si las virtudes naturales no pueden faltar en el predicador, mucho menos las sobrenaturales, ya que estas tienen la primacía. El predicador ha recibido de Dios la llamada a cooperar con él en la transmisión de su mensaje y a invitar a los hombres a participar de la vida divina “Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto y ese fruto permanezca. (Jn.15,16)

 

CONFRONTAR:

(Is 6, 5-9) ; (Jer 1, -9) ; (Ez 2, 1-3); (Mt. 28,18-20)

La conciencia de su llamada es esencial al predicador, para vencer los obstáculos que encontrará en los caminos que ha de recorrer como heraldo de la palabra de Dios. La llamada se concreta en la misión. El predicador o la predicadora es el enviado de Dios. Jesús es el predicador por antonomasia, era el enviado del Padre. Y el predicador continúa y prolonga su misión. Al enviarlo el salvador le repite la promesa que hiciera a los apóstoles de estar con ellos hasta el final de los tiempos (cf. Mt 28,18-20).

La predicación no supone (afirmarse en la vida social o conquistar fama sino fidelidad)

 

4.- EL HOMBRE DE LA BIBLIA Y DE LA TRADICIÓN

El estar al servicio de la divina palabra hace del predicador el hombre de la Biblia, la exhortación de san Pablo a Timoteo “aplícate a la lectura” (1Tim 4,13) es su deber profesional. Si el predicador es la boca de Dios, su portavoz; si Dios actualiza por medio de él, la revelación ya dada con anterioridad, el primer deber del predicador o predicadora consiste en conocer, meditar y comprender su divina palabra. Por eso la sagrada escritura tiene que ser el libro preferido del predicador. San Jerónimo, en su carta a Nepociano, le exhorta a leer frecuentemente las escrituras y a no abandonar jamás su lectura. Sólo así podrá aprender lo que tiene que enseñar y adquirirá la doctrina necesaria para exhortar y evangelizar.

 

Pero el predicador no puede ser hombre de la Biblia, si no lo es a la par de la tradición de la Iglesia. La Biblia y la Iglesia son dos realidades que no cabe separar. La asistencia necesaria para la difusión del evangelio la ha concedido Jesús a los apóstoles y a sus sucesores. No es posible por tanto estudiar y leer la Biblia y mucho menos anunciar su mensaje sin una actitud de fidelidad plena a la Iglesia.

 

5.- EL PREDICADOR Y LA SANTIDAD.

Por ser enviado de Dios y pregonero de su palabra, el predicador tiene que buscar la santificación personal, ya que sólo quien se purifica del pecado y se une a Dios puede entender sus misterios. Santo Tomás dice “contemplari et contemplata aliis tradere” no puede convertirse en realidad si no se ejercían las virtudes morales indispensables para la vida de contemplación. El predicador tiene que ser hombre y mujer de oración y de meditación profunda. Cuando ya se acerque la hora de hablar, antes de soltar la lengua una palabra, eleve a Dios su alma sedienta para derramar lo que bebió y exhalar de lo que se llenó.

 

6.- LA HUMILDAD DEL PREDICADOR

El predicador tiene que vivir también la virtud de la humildad. El ser predicador no constituye algo honorífico. Anuncia a Cristo crucificado, locura para los gentiles y escándalo para los judíos (1Cor 1,23) el mismo predicador podrá sentir vergüenza de predicar algo tan poco de acuerdo con la mentalidad pagana de nuestros contemporáneos.

La predicación exige un sacrificio continuo de la propia personalidad, ya que en ella el hombre es un simple instrumento el “siervo de la palabra” a pesar de que requiere elocuencia, hay que emplear ésta en poner a Dios en primer plano hasta llegar a olvidarse uno de sí mismo

Existe además la dificultad que nace del fracaso a que tan frecuentemente se halla expuesta la predicación. El desaliento flota siempre como una amenaza sobre el predicador no fundamentado en la humildad “quién afronta el riesgo del ministerio de la palabra, no debe tomar en cuenta los elogios de los extraños, ni tampoco debe perder el ánimo cuando se los nieguen. Pero sí, haciendo sus discursos por agradar a Dios…

La humildad es un aspecto de aquella fidelidad a la palabra de Dios que san Pablo presenta como característica del apóstol (1 Cor. 4,2). La fidelidad a la misión y al mandato recibido será la que empuje al predicador al estudio y perfeccionamiento de sus cualidades naturales, a fin de que estén cada vez más disponibles para la palabra de Dios que se sirve de ellas; a conocer la Biblia en su contenido y en sus expresiones a santificarse, finalmente para que en la propia vida aparezca de modo concreto el significado de la palabra que predica.

 

La predicación invita a la fe, la hace enraizarse en el corazón y la defiende frente a quienes la niega. Todo eso lo obtendrá el predicador con la palabra y con el ejemplo

Nociones sobre Predicación

Nociones sobre Predicación

COMUNIDAD CATÓLICA “BODAS DE CANÁ”

DIÓCESIS DE LIMA

ESCUELA DE EVANGELIZACIÓN JUAN PABLO II

Curso: Predicación

 

 

NOCIONES SOBRE PREDICACIÒN

 

1.- INTRODUCCIÒN

 

“He visto al Señor”

María magdalena va a sus hermanos y les dice “he visto al Señor” fue la primera predicadora de la Resurrección. Es predicadora porque es capaz de oír al Señor cuando llama y de compartir la buena nueva de la Victoria de Cristo sobre la muerte.

 

Llegar a ser predicador o predicadora es mucho más que aprender cierta cantidad de información para tener algo que decir. Es ser formado como alguien que puede oír al Señor y decir una palabra que ofrece vida. Isaías Diceel señor desde el seno materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre. Hizo de mi boca como espada afilada en la sombra de su mano me escondió” (IS, 49)

 

2.- EL PREDICADOR ES UN:

                                     

COMUNICADOR

Porque  debe conocer las destrezas necesarias para hablar, manejar público y presentarse ante una asamblea.

 

ARTISTA

Porque el predicador hace confluir sus ideas, intuiciones haciendo la perfecta síntesis entre fe, imagen, contenido, actualidad.

 

EVANGELIZADOR

Ya que la predicación acontece en el ámbito de la transmisión de la f, de la celebración sacramental e impulsará a convencer y a estimular actitudes que refuercen la vida cristiana en los hermanos y hermanas

 

3.- OBJETO DE LA PREDICACIÓN

 

Para saber qué es la predicación necesitamos en primer lugar determinar su objeto y contenido ¿qué es lo que se predica?

 

Se predica el Reino de Dios.- el reino de Dios es el objeto de la predicación de Jesucristo. Inicia su ministerio público con la proclamación del mismo: se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios: arrepentíos y creed en el evangelio (Mc 1,14-45). Al recorrer Galilea y enseñar en las sinagogas, se entrega a predicar el evangelio del reino (Mt 4,23). Jesucristo habla de este reino a lo largo de toda su predicación; determina su naturaleza por medio de las parábolas, milagros, signos y los discípulos son bienaventurados porque ven lo que los profetas desearon ver.

Es más podemos decir que el reino de Dios es el mismo Jesucristo, cuya venida y actividad inaugura una nueva época en las relaciones entre Dios y el hombre.

 

Al predicar el reino de Dios invita a los hombres a tomar cada uno su cruz y seguirle Mt 16,24; por qué llama bienaventurados a quienes serán perseguidos por causa suya…)y por qué dará la vida eterna a quienes la han socorrido en la persona de sus hermanos necesitados y se la negará a quienes rehusaron hacerlo (Mt. 25,34)

 

La palabra de Dios.- la Palabra de Dios, tal como nos la presenta el A.T. es Dios mismo en cuanto que realiza algo fuera de sí, en cuanto que crea y se dirige al hombre para comunicarle su voluntad, la palabra va dirigida a algo  o a alguien, es comunicación, tiende a provocar un encuentro entre quién habla y quien escucha.

El nuevo testamento sigue la misma línea el Verbo la segunda persona de la trinidad que se hace hombre y habita entre nosotros es la palabra de Dios. La Palabra aparece sobre todo en el libro de los hechos de los apóstoles para indicar el contenido de la predicación de los apóstoles. Por consiguiente el objeto y contenido de la predicación es Cristo, la palabra por la que el Padre se expresa y comunica su voluntad al hombre por eso en los hechos de los apóstoles en vez de afirmar que predican la Palabra de Dios, puede afirmar que predican la palabra de Cristo, que predican a Jesucristo.

 

El evangelio: El término evangelio a aparece frecuentemente en el nuevo testamento para indicar el  objeto de la predicación, el contenido del evangelio es la venida del reino de Dios., de la buena nueva de Jesucristo. El contenido del evangelio es una persona Dios en Cristo

 

4.- ¿Qué es predicar?

Podríamos decir predicar es hablar en nombre de Dios. La predicación es el anuncio de la presencia activa y salvadora de Dios en medio del mundo y de la historia. El predicador reconoce que las mismas huellas de Dios que se encuentran en la Biblia se encuentran también en el mundo de Hoy trazando un camino de salvación que pasa por el corazón de nuestros tiempos. Toda predicación busca manifestar y celebrar a través de palabras humanas, la relación entre Dios, cuyo amor es siempre fiel y salvador. Para este anuncio hace uso de las sagradas escrituras inspiradas por Dios y fruto de la relación entre Dios y su pueblo.

 

5.- Definición de la predicación:

 

La predicación es la proclamación del misterio de la salvación, hecha por Dios mismo a través de sus representantes legítimos en orden a la fe y a la conversión y para el crecimiento de la vida cristiana

Explicación de esta definición

PROCLAMACIÓN

 Indica el carácter propio de la predicación, no consiste en enseñar algo ni mucho menos demostrar una tesis, sino  es el anuncio solemne de hechos, de los hechos más grandes de la historia, por tanto este anuncio es una proclamación (vocablo que indica solemnidad)

 

DEL MISTERIO DE SALVACIÓN

Estas palabras señalan el objeto de la predicación a Cristo muerto y resucitado, el misterio de salvación es más denso y es una expresión paulina.

 

HECHA POR DIOS

Con estas palabras queremos señalar que el sujeto de la predicación es Dios él es quien habla quien anuncia, su intención es salvar al hombre llamándole a la FE.

 

EN ORDEN A:

El fin de la predicación en el plan divino es la conversón a la fe, pero este fin puede fracasar por la mala disposición de los hombres poca apertura a la gracia..

 

A LA CONVERSIÓN

El fin de la predicación es la fe la aceptación del plan salvífico. En la fe el hombre responde positivamente a Dios acepta su palabra de salvación y su gracia.

 

6.- El contexto actual de la predicación

                                                                                                                                                                                                                                                

Crisis actual del lenguaje religioso  los grandes cambios que han revolucionado el mundo a partir de la segunda mitad del pasado siglo XX sobre todo los cambios que más afectan a la cultura y a las personas en sus acontecimientos y en su autonomía como sujetos de la propia historia personal y colectiva.

 “el lenguaje religioso, desde el lenguaje teológico hasta el lenguaje litúrgico padece una crisis de significación, porque a tantos interrogantes cotidianos  de la gente no responde a sus necesidades. Esta crisis afecta a toda la acción pastoral del anuncio y del cultivo de la fe cristiana. Uno de los temas más graves que se plantea hoy a la pastoral de la Iglesia es encontrar el lenguaje adecuado para una transmisión creíble del mensaje evangélico. Es necesario utilizar nuevos recursos  actualizarnos y prepararnos.

 

El lenguaje de Jesús

Sabemos que Jesús no hablaba de Dios con discursos doctrinales abstractos, sino con el lenguaje de los hechos en su práctica de la misericordia y de sus dichos llenos de imágenes, símbolos y parábolas populares llenos de vida. Jesús no hablaba como los escribas y fariseos que se habían sentado en la cátedra de Moisés para decir a la gente lo que ellos no hacían. Hablaba y actuaba desde su experiencia de Dios Abba y de la llegada de su Reino de vida digna para todos.

El lenguaje de Jesús en los evangelios resulta todavía hoy más cercano, significativo y vigoroso para el corazón y la vida de las gentes de ahora que nuestros lenguajes magisteriales, teológicos pastorales y litúrgicos.      

 

Ejemplo iluminador                                                                     

 

Queridos hermanos llevar a capacidad de verdad, es sufrir el tormento interior que sufría los profetas. Porque es mucho más fácil predicar la mentira, callar la verdad acomodarse a las situaciones para no perder ventajas para tener siempre amistades halagadoras, para tener poder ¡qué tentación más horrible de la Iglesia! Y sin embargo ella que ha recibido el espíritu de la verdad tiene que estar dispuesta a no traicionar la verdad; y si es necesario perder todos lo privilegios, los perderá, pero siempre dirá la verdad. 1979.

 

“predicar un evangelio, sin comprometerse con la realidad no trae problemas y es muy fácil cumplir así la misión del predicador” Monseñor Oscar Romero Salvadoreño

 

PRINCIPIOS BÁSICOS PARA APRENDER A HABLAR EN PÚBLICO

 

Adquisición de conocimientos

·         Aproveche la experiencia ajena ( vea predicadores en función)

·         Descubra en ellos su objetivo. Vea si es fingido o es natural en su actuar

·         Vea si hay confianza en sí mismo. Y por su puesto en usted)

·         Aproveche cualquier ocasión para practicar

 

Desarrollo de la confianza

·         Dialogue con sus nervios y reconozca sus estados anímicos antes de que predique

·         Siéntase seguro antes de la acción si se ha preparado. Haga su esquema mental

·         Si logra hacer lo anterior, podrá desarrollar con éxito y tendrá entusiasmo

·         Convénzase que su aporte es valioso pues proviene de una labor personal

 

Ganar el derecho de hablar

 

·         Limite su objeto desarrolle el tema más de lo que tenga que decir

·         Llene su discurso con ilustraciones y ejemplo: humanice su discurso

·         Use términos familiares y concretos que sugieran imágenes